El cáñamo ha resurgido como una fibra milenaria clave para enfrentar los desafíos ambientales y sociales a los que nos enfrentamos. Durante la conferencia Slow Fashion y Soluciones Basadas en la Naturaleza de CONAMA 2024, organizada por Slow Fashion Next en Madrid el pasado 3 de diciembre, expertos del sector debatieron su potencial como material regenerativo y su papel en la construcción de un modelo textil más equilibrado.
El cáñamo: innovación desde la naturaleza
El cáñamo, conocido por su versatilidad histórica, está cobrando protagonismo como un recurso sostenible de alto impacto. Su cultivo requiere un 50% menos de agua que el algodón y no depende de pesticidas químicos, características esenciales en una industria textil que busca reducir su huella hídrica y química.
Además, esta fibra ofrece beneficios únicos : mejora la salud del suelo al absorber metales pesados y enriquecer su calidad, lo que la posiciona como un cultivo ideal en tierras marginales. Por si fuera poco, el cáñamo actúa como un sumidero de carbono altamente eficiente, capturando grandes cantidades de CO2 durante su crecimiento y contribuyendo activamente a la mitigación del cambio climático.
Un material ideal para la confección de prendas
El atractivo del cáñamo no se limita a sus ventajas medioambientales. Sus propiedades físicas lo convierten en un material adaptable y funcional para la confección de prendas. Es transpirable, y termorregulado. Además, es naturalmente resistente al desgaste, prolongando la vida útil de las prendas fabricadas con este material y fomentando el consumo responsable.
Actualmente, diseñadores y marcas europeas comprometidas con la moda sostenible como Thinking MU, Mes demoiselles, Atelier Tuffery o Patte de Loup, están explorando el cáñamo como una alternativa ética y creativa a las fibras sintéticas. Desde tejidos suaves y ligeros hasta materiales más estructurados, esta fibra ofrece un amplio rango de posibilidades que permite a las marcas innovar sin comprometer el entorno.
Obstáculos y oportunidades
Sin embargo, la implementación del cáñamo enfrenta desafíos significativos. En países como España, la regulación del cáñamo industrial aún está influenciada por normativas desactualizadas, lo que limita su producción y uso a escala local. Las normativas actuales que regulan su uso no han evolucionado desde 1967. Este marco restrictivo contrasta con la realidad de países como Francia y Portugal, que han implementado políticas favorables para la expansión del cáñamo industrial. A esto se suma el estigma cultural que asocia al cáñamo con el cannabis, una percepción errónea que ralentiza su aceptación.
Por otro lado, el costo de producción y la falta de cadenas de suministro accesibles también representan barreras importantes. Las marcas que apuestan por el cáñamo a menudo se enfrentan a problemas de trazabilidad y altos precios de certificación, lo que encarece el producto final. No obstante, iniciativas en países como Francia y Portugal demuestran que con legislaciones adecuadas y apoyo institucional, el cáñamo puede convertirse en una alternativa viable y competitiva.
«Una oportunidad para liderar el cambio»
El cáñamo no es solo una fibra sostenible; es un símbolo de la transición hacia una moda regenerativa que prioriza la restauración de ecosistemas y la reducción de impactos negativos. Durante CONAMA 2024, quedó claro que esta fibra tiene el potencial de liderar un cambio significativo en la industria textil, alineándose con los principios de la economía circular y la acción climática global.
A medida que la industria de la moda avanza hacia un futuro más consciente, el cáñamo se posiciona como un material indispensable para aquellas marcas que desean innovar desde la sostenibilidad. Adoptarlo no solo significa mitigar daños, sino también transformar la moda en una herramienta para la regeneración ambiental y social.
Texto : Sofía Yang Mao
Fotos : Conferencia CONAMA : Sofía Yang Mao