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Madrid – El pasado 22 de mayo, en el marco de la 12ª Jornada de Moda Sostenible IMAGINA, se trató uno de los temas más controvertidos para la industria textil actual. Durante esta mesa redonda moderada por Olivia Liern, profesionales del sector como Rocio Cota, profesora investigadora en materiales para la sostenibilidad y el decrecimiento, Javier Molina, empresario especialista en textil y confección, Patricia Lodos, CEO en Agüita Swimwear y Celia Ojeda, responsable de biodiversidad en Greenpeace, se planteó una crítica y reflexión sobre el uso del poliéster y sus consecuencias ambientales.

 

El poliéster, una fibra sintética derivada del petróleo, representa aproximadamente el 70 por ciento del mercado textil global. Su popularidad se debe a su bajo coste, durabilidad y versatilidad. Sin embargo, su producción y uso conllevan impactos ambientales significativos que plantean la necesidad de reevaluar su papel en la industria textil.

 

Tal y como explicó Javier Molina : “la producción de poliéster es intensiva en energía y recursos fósiles”. Según estudios realizados para la publicación Environmental Sciences Europe, se estima que la fabricación de 1 kg de poliéster emite aproximadamente 27 kg de CO₂, contribuyendo significativamente a las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Además, el poliéster no es biodegradable y puede tardar entre 20 y 200 años en descomponerse, lo que genera acumulación en vertederos y ecosistemas naturales. Durante su lavado se liberan microfibras sintéticas que ingresan a los sistemas acuáticos, afectando la vida marina y entrando en la cadena alimentaria humana. Se estima que una carga de lavado doméstica puede liberar hasta 700,000 microfibras.

 

 

poliester naturaleza - ¿Se puede erradicar el poliéster? Un vistazo crítico a la fibra sintética - Pearls Magazine

 

Reciclaje de poliéster: innovaciones y restricciones

 

Frente a este panorama, el poliéster reciclado (rPET), comúnmente producido a partir de botellas de PET postconsumo, ha ganado popularidad como alternativa más sostenible. Su producción requiere un 59 por ciento menos de energía y emite un 32 por ciento menos de CO₂ en comparación con el poliéster virgen. Sin embargo, el reciclaje de textiles de poliéster presenta desafíos técnicos, especialmente cuando las prendas están mezcladas con otras fibras o contienen tintes y acabados que dificultan el proceso. Además no soluciona uno de los problemas más importantes: el rPET sigue liberando microfibras durante el lavado, perpetuando la contaminación por microplásticos.

Ante las limitaciones del poliéster y su reciclaje, la industria textil está explorando alternativas biodegradables. Por ejemplo, ROICA™ V550 es un elastano biodegradable comercializado y desarrollado por la empresa japonesa Asahi Kasei. Esta fibra se descompone en CO₂ y agua en condiciones ambientales, degradándose en un 50 por ciento después de 24 meses. Otra innovación es YULASTIC®, una fibra elástica de origen vegetal desarrollada por Yulex, que ofrece una alternativa sostenible al elastano tradicional, eliminando el uso de materiales derivados del petróleo.

 

Hacia una economía circular en la moda

 

Para reducir la dependencia de esta fibra y mitigar su impacto ambiental, los expertos de la mesa redonda señalaron la importancia de adoptar un enfoque de economía circular en la industria textil. Esto incluye:

Diseño para la durabilidad: Crear prendas que duren más tiempo y resistan múltiples ciclos de uso y lavado.

Reciclaje textil a textil: Invertir en tecnologías que permitan reciclar prendas usadas en nuevas fibras textiles, cerrando el ciclo de producción.

 

Transparencia y trazabilidad: Implementar sistemas que permitan rastrear el origen y el proceso de producción de las fibras utilizadas.

 

Educación del consumidor: Fomentar prácticas de consumo responsable, como la compra consciente y el cuidado adecuado de las prendas.

 

 

La erradicación total del poliéster aún parece lejana, pero la transición hacia alternativas sostenibles ya está en marcha. El futuro de la moda depende de decisiones audaces, de fabricantes, diseñadores, legisladores y consumidores: ¿está la industria lista para asumir el reto?

 

Redacción : Sofía Yang Mao

Fotos : Pexels

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