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Mientras las pasarelas de las recientes Semanas de la Moda, desde París hasta Milán, han celebrado el regreso de lo espectacular, con siluetas llamativas y un maximalismo pronunciado, y el informe “FW’25/26 Womens Fashion Week” de Heuritech, una agencia de predicción de tendencias especializad en moda, ya señala la “opulencia” como una de las principales tendencias para el otoño-invierno de 2026, otra forma ha comenzado a emerger: la de una moda que no busca impresionar sino calmar.

Junto a estas semanas de la moda, se pueden encontrar marcas como Cèucle, Louis Rubi, Les Dunes y Margaret Howell, todas ellas apostando por la sobriedad ofreciendo colecciones centradas en esenciales de alta calidad. En un panorama saturado de imágenes, estímulos constantes y hiperconsumo, donde la palabra “tendencia” parece redefinirse con cada deslizar en nuestros teléfonos, el minimalismo se está consolidando como un soplo de aire fresco.

 

Les Dunes - ¿Y si el minimalismo fuera una respuesta al bullicio del mundo? - Pearls Magazine

 

A través de siluetas limpias, materiales nobles y una paleta de tonos neutros, el dicho “menos es más” o “menos pero mejor”, según la frase del arquitecto alemán Mies van der Rohe, adquiere pleno significado. Pero detrás de esta estética tranquila, decididamente contemporánea, se esconde una historia mucho más antigua, arraigada lejos de las principales capitales occidentales.

Focalicémonos en esta tendencia que nos invita a reflexionar sobre nuestro consumo.

 

Una filosofía japonesa

 

Mientras que el minimalismo hoy parece responder a una urgencia moderna, sus raíces están enraizadas en el pensamiento japonés. Allí, el vacío no es una carencia; al contrario, es un espacio para respirar, para darle sentido. Es en esta lógica donde nació el concepto de “wabi-sabi”, originado en el budismo zen, que celebra la belleza de la imperfección y la impermanencia. Es la emoción de una cerámica agrietada, la poesía de una tela desgastada por el tiempo, un cuenco astillado, un cosido irregular: todo lo marcado por el paso del tiempo merece ser apreciado.

Como resume Julie Pointer Adams en su libro “Wabi-Sabi Welcome”, es “abrazar lo imperfecto y recibirlo con sencillez y atención”. Una invitación a desacelerar, a sentir, a vivir de otra manera. Junto a ella, encontramos Danshari (断捨離), un método de deshacerse de lo material y mental basado en tres principios: dan (断) rechazar, sha (捨) desechar, ri (離) desprenderse — “rechazar, desechar, desprenderse”. Ya no se trata solo de ordenar, sino de un proceso consciente que nos impulsa a elegir qué merece realmente un lugar en nuestros armarios y en nuestra vida.

 

Louis Rubi - ¿Y si el minimalismo fuera una respuesta al bullicio del mundo? - Pearls Magazine

Más recientemente, y de manera similar, el movimiento #RRRR lanzado por la organización ecológica Refashion fomenta buenas prácticas para “Reparar, Reutilizar, Reciclar y Reducir” con el fin de disminuir el impacto ambiental de textiles, calzado y ropa de hogar que ya no se usan. Ambos enfoques convergen en su reflexión sobre el exceso y la importancia de tomar decisiones conscientes. Sin embargo, mientras Danshari se centra en un enfoque personal e introspectivo, el movimiento #RRRR adopta una dimensión más colectiva y ecológica, resaltando la importancia del compromiso grupal — un aspecto esencial en el contexto actual.

 

Un concepto que refleja a la sociedad, del arte a la moda

 

El minimalismo surgió en el arte contemporáneo en los años 60 como reacción a los excesos del expresionismo abstracto y el pop art. Artistas como Donald Judd o Dan Flavin redujeron la forma a su expresión más sencilla. Sus obras se convirtieron en una invitación a la contemplación: una inmersión en el vacío, el silencio y la calma. Como los jardines zen japoneses o la arquitectura tradicional, sus obras suspenden el tiempo.

En la moda, este silencio se manifestó en los años 80, en contraste con las siluetas ruidosas y espectaculares de esa época. Mientras el mundo era sacudido por crisis — Chernóbil, el crash bursátil de 1987, la Guerra del Golfo — la ropa reflejaba esa ruptura, volviéndose más esencial y discreta. Fue en este clima que diseñadores japoneses como Yohji Yamamoto, Rei Kawakubo (Comme des Garçons) y Issey Miyake introdujeron una visión diferente del lujo: una moda subversiva, intensamente refinada.

Silhuetas sueltas, materiales naturales, cortes deconstruidos, tonos apagados: la ropa se convirtió en un envoltorio que tranquiliza, respeta el cuerpo y el tiempo.

 

Margaret Howell - ¿Y si el minimalismo fuera una respuesta al bullicio del mundo? - Pearls Magazine

Una influencia persistente

 

En los años 90, el rigor y la contención se convirtieron en códigos: en Nueva York, diseñadores como Calvin Klein y Helmut Lang promovieron una elegancia funcional, mientras en Milán, Miuccia Prada encarnaba una sofisticación fría e intelectual. En Bélgica, los “Seis Amberes” (Dries Van Noten, Ann Demeulemeester, Walter Van Beirendonck, Dirk Bikkembergs, Dirk Van Saene y Marina Yee) desafiaronlos límites entre arte y vestimenta.

Hoy, esta línea continúa en las pasarelas con marcas como Lemaire o The Row, o dentro de marcas prometedoras como Cèucle, Les Dunes, Margaret Howell y Louis Rubi (LR3), cada una a su manera:

Cèucle, una marca francesa de prêt-à-porter minimalista y unisex, fabricada en Francia y centrada en el upcycling, ofrece un armario atemporal.

Louis Rubi, un diseñador español con base en Francia, defiende una colección unisex que no sigue ciclos de moda, ofreciendo piezas permanentes para fomentar compras conscientes, alejadas del impulso.

Les Dunes, una marca francesa que enfatiza la historia, la intención y el detalle en cada pieza, encarna un enfoque reflexivo para el vestir cotidiano, con colecciones en series limitadas y piezas únicas, combinando confort, estilo y materialidad.

Finalmente, Margaret Howell, diseñadora británica reconocida por su ropa atemporal, funcional y ética, ha propuesto desde 1970 una visión minimalista y sostenible de la moda, priorizando la calidad, la sencillez y la longevidad.

 

Ceucle - ¿Y si el minimalismo fuera una respuesta al bullicio del mundo? - Pearls Magazine

El “Lujo Silencioso”: una ambigüedad por explorar

 

A principios de los 2020, un término resurgió en las revistas de moda: “lujo silencioso”. En contraste con los años 90, este lujo sofisticado, casi clínico, se ha convertido en una verdadera tendencia, pero a veces pierde la dimensión espiritual del minimalismo, transformándose en un código social. Este “lujo silencioso” parece reservado a una élite, mostrado sutilmente a través de piezas impecables pero algo inaccesibles.

Esta evolución plantea una pregunta importante: ¿el minimalismo se está transformando en un lujo exclusivo, o sigue siendo una manera de lograr un consumo más consciente e inclusivo?

 

Una necesidad contemporánea

 

¿Por qué resuenan tanto hoy en día el wabi-sabi, Danshari o el “menos es más”? Porque frente al fast fashion, las microtendencias y el consumo desbordado, elegir se convierte en un acto de resistencia. Aprender a ver las cosas de otra manera, valorar los materiales, los gestos y el tiempo — quizás esa sea la verdadera definición del lujo.

Una prenda que perdura, que evoluciona con nosotros y que cuenta una historia: eso es lo que demuestran iniciativas como ReFashion y marcas como Cèucle, Louis Rubi, Les Dunes o Margaret Howell — demostrando que una moda reflexiva, duradera y silenciosa puede ser igual de deseable.

Fotos : Pexels e Instagram

Redacción : Louise LILLO Amaria

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